martes, 13 de agosto de 2013

Dejar el alcohol, Clínicas CITA Dosrius

La siguiente entrada trata sobre el consumo de alcohol en edades tempranas y cómo esta conducta puede desarrollar una adicción. 

En Clínicas CITA se llevan a cabo métodos efectivos para superar dicha adicción en adolescentes y adultos.

Los jóvenes comienzan a beber alcohol, de media, a los 13,7 años, y casi la mitad de los padres lo desconocen, aunque la mayoría de los progenitores que saben que sus hijos consumen, les permiten hacerlo. Así se desprende del estudio Juventud y Alcohol elaborado por la Fundación Pfizer a partir de un total de 1.675 entrevistas realizadas a jóvenes españoles de entre 12 y 18 años, a padres y madres, y a profesores de ESO y Bachillerato.
La media de edad a la que se inician ahora los jóvenes en el consumo de alcohol es de 13,7 años, mientras que los padres creen que sus hijos comienzan a hacerlo a los 15 años.
En la mayoría de los casos, los menores empiezan a beber con los amigos (así lo reconoce el 56,1% de los entrevistados) y lo hacen en gran parte por “probar”(37,1%).
Uno de cada diez jóvenes de entre 12 y 18 años consume alcohol cada semana y, poco más de un tercio, al menos una vez al mes, en tanto que las tasas se elevan entre los jóvenes desde 16 y 18 años hasta un 22,8% y 61,7%, respectivamente.
El 44% de lo padres de los adolescentes que consumen alcohol desconocen esta costumbre de sus hijos.
El 17,7% de los chicos dice haberse emborrachado durante el último año, porcentaje que asciende a casi un 50% entre los jóvenes de 16 a 18 años, mientras que los padres lo creen así sólo en un 5,2%.
La mayoría de los padres de jóvenes consumidores permite tomar alcohol a sus hijos, en concreto, el 55,4% de los adolescentes asegura que es la madre la que les deja hacerlo, y el 52,4% indica que es el padre.
En cuanto a las bebidas alcohólicas que consumen con más frecuencia el fin de semana, el 55,2% de los jóvenes opta por licores de alta graduación, mientras que sus padres creen que es así en el 36,8% y, en general refieren unas tasas inferiores a las declaradas por sus hijos.
El 24,1% de los padres piensa que sus hijos no compran alcohol, pero sólo el 12,7% de los jóvenes dice no hacerlo, mientras que el 39,4% responde que lo adquiere en grandes o medianas superficies, el 19,9% en bares y el 11,3% en tiendas de “chinos”.
Los jóvenes suelen beber en calles, plazas o parques, así lo afirma el 41,5% de los entrevistados, y el 33,1% en una casa, bien propia o ajena.
El 18,9 % de los jóvenes dice haber ido de “botellón” al menos una vez al mes; el 32, 3%, al menos una vez cada seis meses, y el 37,2%, al menos una vez al año. Entre los que superan los quince años, las tasas se elevan al 35%, 55% y 63%, respectivamente.
Cuando va de “botellón”, el 45,3% se emborracha con mucha o alguna frecuencia (un 54% entre los mayores de 15 años).
Según el estudio, sólo uno de cada cuatro jóvenes que consumen alcohol querría dejar de beber o, al menos, reducir su consumo, a pesar de que la mayoría de ellos afirma estar suficientemente informados sobre sus efectos y los problemas que causa.
La mayoría de los jóvenes (54-60%) dice no hablar nunca o casi nunca con sus padres sobre el consumo de alcohol, algo que se produce en mayor medida entre los jóvenes de 12 a 15 años, que entre los que superan esa edad.
(Fuente: 20 minutos)


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